VERANO 2024
Primavera de 1925. En el parisino hotel Crillon se cierra la mayor estafa del siglo XX. El 11 de marzo de 1947, ese mismo hombre muere en el centro médico para prisioneros federales del condado de Greene, Misuri. En su certificado defunción, el oficial de turno lo definirá para siempre como: ‘aprendiz de vendedor’.
Su nombre es Víctor Lustig. Su alias más conocido, conde Von Lustig: ¡el hombre que vendió la torre Eiffel!
Kikí, una meretriz iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París, nos presentará al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas que sumieron a Víctor en un carrusel vital tan increíble como cierto. Y todo ello contado como en una especie de embudo vital que desembocará en el golpe que le haría pasar a la posteridad.
París. Víctor lee un periódico ¡Eureka! Lustig ha visto la oportunidad, sólo le queda diseñar bien el anzuelo: elegir la víctima, el engaño y el momento.
Primavera de 1925. En una suite del elegante hotel Crillon de París se cierra la mayor estafa conocida del siglo XX. ¡Un hombre es capaz de vender la torre Eiffel! El 11 de marzo de 1947, ese mismo hombre muere por una neumonía hipostática en el centro médico para prisioneros federales del condado de Greene, Misuri, Estados Unidos.
Ha sido trasladado allí desde su celda en la prisión de máxima seguridad de Alcatraz. El oficial de turno, al llegar el momento de rellenar el certificado de defunción, en el apartado de ‘ocupación’, lo define para la posteridad -en una especie de cómica ironía- como: ‘aprendiz de vendedor’. Su nombre es Víctor Lustig. Su alias más conocido, el conde Von Lustig:¡el mayor estafador del siglo!
Kikí, una meretriz ingeniosa, estafadora e iniciadora de Víctor en toda clase de artes desde su llegada a París siendo un pipiolo, nos da la bienvenida a la función y nos presenta al conde para, entre los dos, desgranar las andanzas más audaces que sumieron a Víctor en un carrusel vital tan increíble como cierto… O tal vez no.
Asistiremos a los despertares de Víctor (a la vida, al dinero, a las mujeres, a la fascinación por el timo y la huida constante…); a su encuentro mesiánico con su primer maestro, Nicky Arnstein; a su preparación y estudio para la impostura; a su encuentro con Al Capone; a sus grandes estafas.
Y todo ello contado, como una especie de embudo vital, para desembocar en el gran golpe que le haría pasar a la posteridad. París. Víctor lee un periódico.
Una noticia despierta su curiosidad. ¡Eureka! Lustig ha visto la oportunidad, sólo le queda diseñar bien el anzuelo: elegir correctamente la víctima, el engaño y el momento.
EN ESCENA, PURO TEATRO
«… un puzle en el que cada pieza encaja a la perfección. Pudiendo componer un todo perfecto…», «... una preciosa maravilla en escena…»
VON LUSTIG, UN AS DE CORAZONES «... unos trileros encantados de haberse conocido
recién coronados como rey y reina de corazones de todas las barajas del mundo.»
VON LUSTIG, EL EMBAUCADOR QUE
SABE QUE ROBA EL CORAZÓN
«La dupla derrocha química».
«Una pieza deliciosa»
«... cuentan con el cariño y la admiración del público, y se lo han ganado, porque son de verdad, y los espectadores lo agradecen, y se identifican con ellos sobre el escenario, despertando una corriente de empatía»
Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía
Dramaturgia: Alfonso Mendiguchía
Dirección: Natalia Hernández
Diseño de iluminación: Víctor Mones y Suh-Güein
Diseño vestuario: Reme Gómez
Música original y espacio sonoro: David Bueno
Diseño de escenografía: Natalia Hernández y Víctor Mones
Coreografía: Ricardo Santana
Realización escenografía: Readest
Cartelería e identidad visual: Manolo Pavón
Vídeo y teaser: Javier Díez
Producción: Los Absurdos Teatro y Teatro Liceo Salamanca